En el mundo de la arquitectura, cada detalle cuenta, y los distanciamientos no son la excepción. En nuestro último proyecto, nos enfrentamos al desafío de planificar la distribución teniendo en cuenta las regulaciones de distanciamiento. Esta experiencia nos llevó a una reflexión personal sobre cómo estos distanciamientos influyen en la planificación y ejecución de proyectos arquitectónicos.
Uno de los aspectos clave que debemos tener en cuenta son los distanciamientos de las ventanas en la construcción. Es crucial cumplir con las exigencias normativas, ya que los errores en este aspecto pueden tener repercusiones importantes. Por ejemplo, descubrimos que si el muro construido está a menos de 1.40 metros del vecino en el primer piso y a 2.50 metros en un segundo piso, se considera un muro de adosamiento y debe resistir al fuego. Sin embargo, si la distancia es mayor, esta consideración no aplica.
Otro punto a tener en cuenta es la distancia de las ventanas hacia los vecinos en el primer y segundo piso. Descubrimos que estas ventanas no deben estar a menos de 3.00 metros del deslinde, según las regulaciones vigentes.
Esta experiencia nos enseñó la importancia de considerar cuidadosamente los distanciamientos en la planificación de cada proyecto, ya que pueden tener un impacto significativo en la distribución y el diseño final.
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